Hace poco me encargaron un nuevo retrato a tinta de Florentino Goikoetxea Beobide. Creo que es la tercera vez que dibujo al conocido “mugalari” hernaniarra.
Pero esta vez añadi otros dos elementos a la composición; por una parte el símbolo de la Red Comète, para la que trabajó Florentino y un par de alpargatas.
Como describe en su magnífico libro “Camino a la libertad”. (Txertoa) Juan Carlos Jiménez de Aberasturi, Florentino recogía a los aviadores aliados en el caserio Bidegain-Berri de Urruña e iniciaban una marcha de 8 a 10 horas, hasta llegar al caserio Sarobe de Oiartzun, para luego ser trasladados los aviadores hasta el barrio de Gros en Donostia donde les esperaba Bernardo Aracama.
Para iniciar la marcha, los aviadores se despojaban de su pesado calzado, poco adecuado para la travesía montañera y Florentino les “pertrechaba” con unas ligeras alpargatas (en euskera Apretak o Espartinak), eso si con la versión con cordones.
El calzado de esparto y caucho proporcionaban rapidez y sobre todo sigilo. Y cuando algún piloto poco acostumbrado a las caminatas nocturnas flaqueaba, Florentino no dudaba en echárselo al hombro y proseguir la marcha.
En los últimos dias de este nefasto año, con la pandemia como protagonista y a las puertas del esperanzado nuevo año, suele ser momento de hacer la lista de los buenos propósitos habituales.
De hacer acopio de las lecciones que nos ha dado el COVID-19, acerca de nuestro estilo de vida, nuestra relación con la naturaleza, del pesado “equipaje” que muchas veces vamos cargando a lo largo de nuestro viaje por esta vida y tal vez sea el momento de comenzar un nuevo trayecto, esta vez soltando lastre, para ir más ligeros, con una mochila donde llevemos solamente lo esencial.
Y lo más importante, siguiendo el ejemplo de Florentino, ojalá sepamos dirigirnos durante el nuevo año hacia esa ansiada libertad y felicidad, pero con alpargatas.